martes, 17 de marzo de 2020

Historia de Esperanza

 Me siento privilegiada por el lugar donde vivo, siempre lo he sabido... pero ahora lo admiro más.

Desde mi  ventana se puede ver el mar , escuchar ese sonido de las olas que me transporta por un momento a la paz mas absoluta.   Las miro, las observo con detenimiento... como se recogen para luego volver con mas fuerza a la orilla y ahí en ese mismo instante me imagino a la humanidad haciendo lo mismo, la misma acción; recogiéndonos  para volver después con mas fuerza.

 Se asoma algún rayito de sol que agradezco, así que voy al patio para que me brinde su calor, para que me abrigue. Mis células se nutren de esos pequeños rayitos de sol y yo, por un momento pienso que me vuelvo a recargar.

Toca crear en la cocina, inventar nuevas recetas, nuevos olores y texturas, jugar con el color de los alimentos para vencer la monotonía, aunque también esta genial un sabor de antaño, de esos que guisaban las abuelas y que sentaban a gloria bendita.

Cocinando a mi vera esta él, mi fiel compañero de batallas, juegos y confinamiento.  Siempre a la espera de que algo le caiga como mana del cielo para disfrutar de un buen manjar. Yo diría que siempre pero mucho más en estos momentos es el mejor amigo que el ser humano pueda tener. Perros, gatos, animales de compañía, siempre incondicionales a nuestra persona, son expertos en dar amor del bueno, del de entrega de ese que el ser humano estaba perdiendo y que ahora parece que vuelve a recobrar...

Llega el momento de las noticias de leer un poco y de ponerse al día con la situación. Vemos resúmenes siempre de páginas y cosas oficiales. Mucha información a veces nos desinforma y lo que es peor, nos hace estar en una alerta constante que no es buena para nuestro ser. Informarnos SI, sobreinformarnos NO.

Mientras estamos en el sillón noto una patita que me raspa mi muslo derecho,me mira y con su expresión me dice : ¿ Nos toca ya? .  Y si, me preparo para darle su vuelta corta para que pueda hacer sus necesidades sin mas.  En mi camino hacia la calle veo en primera plana el mar, ese que veía hace un rato desde mi ventana y ese que tengo ahora enfrente mía para poderlo unos minutos disfrutar.
Respiro, me llega su olor, me embriago en su esencia. Miro a todos lados, el ambiente esta vacío , seco, yerto...pero cuando giro la cabeza al frente vuelvo a ver la esperanza de todos los días, el barco que viene cargado de alimentos y de utensilios diarios esta atracado en el muelle un día más, es una sensación que me reporta confort. Confort y esperanza de que todo esta yendo como tiene que ser.

A mi lado en el suelo se posa un pajarito, es tan bello va buscando algo de comida en el suelo para llevar a la palmera que tengo justo enfrente. De repente escucho el canto de los demás reclamando en su palmera su presencia. Sin mas eleve sus alitas y se vuelve a desplazar. Como adoro sus sonido, su canto... me hace sentir viva , que estamos tos ahí  DETRÁS.

Regreso a casa feliz por haber estirado mas que sea algo las piernas y por poder volver a empezar. Porque en mi presente estoy viva, tengo alimentos , estoy sana y tengo un techo donde me puedo cobijar.

Pasan las horas y llegan las videollamadas, los wasap con familiares y amigos esa COMUNICACIÓN que me da libertad.

Empiezo  a crear para los mas pequeños historias esas que tanto gustan y que no se hacen esperar. Aporto mi pequeño granito de arena al mundo, desde mis letras, mis palabras desde lo que me hace estar viva , ser y estar.

Y así gestando nuevas ideas y proyectos presentes vuelvo a pasar un día mas.   Que siempre es un día menos, un día menos para volver a recuperar nuestra esencia verdadera, la esencia de libertad.
Mientras tanto disfrutemos de lo que tenemos y de lo que un nuevo día con su amanecer nos vuelve a brindar.