La suave brisa jugaba con sus cabellos castaños y encarolados.
Su mirada al frente en aquel majestuoso atardecer la hacían estar mas pensativa de lo normal. Estuvo minutos pensando en como cambiaría su vida. En como sería tomar esta difícil decisión.
Eligiera lo que eligiese le iba a suponer grandes cambios en su vida.
Se levanto de la arena mojada y decidió caminar hacia el mar sin mirar atrás.
La suave espuma del mar rozaba sus pies haciéndole recordar juegos de su niñez.
Sus pasos eran lentos pero firmes. Poco a poco se iba adentrando en el inmenso mar e iba dejando desplomar su cuerpo, hasta que se sumergió por completo en él .
Estuvo unos segundos con los ojos cerrados y sin querer contar su respiración.
De repente una fuerza externa la devolvió a a superficie cogiéndola por su brazo izquierdo.
Su respiración cogió una bocanada de aire fresco y pudo abrir los ojos con rapidez e impresión.
Cuando recobró la conciencia y la miró , su cara presentaba signos de debilidad y de querer dar protección. Sus lágrimas saladas brotaban por su rostro y se mezclaban con el agua del mar.
Se quedó casi yerta, rígida, sin articular. Sus manos la mantenían fuertemente hasta que la decidió abrazar. Ahí volvieron las sensaciones a su piel, sus recuerdos afloraron en forma de imágenes agolpándose una tras otra sin parar. Volvía a ser ella misma, se sentía en libertad.
Había recuperado sus esencia por segundos, su manera de sentir la vida, su manera de disfrutar. Y es que la calidez de aquel abrazo la habían hecho nuevamente RECORDAR.
