martes, 28 de marzo de 2017

Belleza en las formas

Dicen que la naturaleza es sabia y que siempre sabe como resurgir. Nosotros creemos como seres

humanos que tenemos el derecho de poder transformar todo; y no nos damos cuenta de que las

formas que la propia naturaleza presenta son extraordinariamente perfectas y sublimes en belleza.

El otro día mientras caminaba me tropecé con una de esas bellezas naturales. Belleza que con su

color verde intenso y lleno de vida me cautivo. Me hizo pararme y fotografiar el encanto de su

esencia. Sus semicírculos concéntricos  se sobreponen uno tras otro hasta llegar a la capas mas

internas. Las de sus interior.

 Es como si se tratara de mirar desde afuera hacia adentro y viceversa. Y es que

 nosotros  deberíamos hacernos una idea global de lo que somos y de lo que nos conforma como

 personas, mirándonos desde dentro hacia fuera; solo así podremos transmitir lo que llevamos

internamente como ser, lo que nos cualifica como personas.

 Nuestra verdadero yo.  Y es que la belleza de las formas reside en la expansión de lo que uno

tiene internamente, dándole características  y cualidades que nos hace diferentes y a la vez especiales.

 Formando un conjunto con el entorno, con lo que nos rodea.

 Como esta pequeña muestra natural, que en su interior desprende e irradia fuerza , belleza y

seguridad.  Sus formas concéntricas nos recuerdan a un mándala de la naturaleza.

Busquemos en nuestro interior para resurgir lo que realmente somos, un conjunto mas de esta

majestuosa realidad , a la  cual no debemos transformar ,sino simplemente seguir con su ritmo

de belleza y armonía natural.









jueves, 9 de marzo de 2017

Microrelato: Entre pasos...

Iba caminando rápidamente bajo la oscuridad de la noche. Sus pasos se hacían cada vez mas acelerados a medida que avanzaba por aquella lúgubre callejuela. La noche se terciaba fría y la humedad de la lluvia se mezclaba con el caminar de sus zapatos.  Absorta en sus pensamientos se encontraba,cuando escuchó que alguien la seguía. Paró en seco. Volteó su cabeza hacia atrás y miró fijamente. Ahí se encontraba.

Quieta , inmóvil. Su respiración se entrecorto, sus labios se  secaron y sus manos dejaron caer el libro al que se aferraba.
No daba crédito a lo que sus ojos observaban. Se había topado de golpe con su pasado.
 Y ahí entre el silencio mas ensordecedor transcurrían miles de imágenes agolpadas que venían a su pensamiento.
Decidió dar un paso al frente  y mirar cara  a cara su realidad.Cuando estaba a penas a unos milímetros de su rostro, ya no podía más. Cerro sus ojos y al abrirlos, ELLA ya no está.
Un sudor frío le recorría la espalda y empapada en lágrimas se volvía a despertar. Miró su mesilla de noche y allí se encontraba, el libro que sostenía entre sus manos la  había vuelto hacer soñar.
Y es que ..."el pasado siempre vuelve y se entremezcla con la realidad".


martes, 7 de marzo de 2017

Los ojos que te miran...

Siempre han dicho que en la mirada esta reflejado el espejo del alma. Esos ojos que miran y en los

que se puede reflejar de una manera u otra tu estado de ánimo, tu emociones. En definitiva tu sentir.
Pero...¿ y cuando son otros ojos los que te miran?.¿ que se puede ver reflejado en ellos?

Puedes mirar con admiración,con dulzura, con elegancia , con saber estar, con seguridad.

esas miradas nos llenan de energía , nos transmiten sensaciones que recorren nuestro cuerpo como esa
llama que prendes a una mecha y recorre su camino hasta estallar en una explosión de emociones

llevadas a su clímax " in extremis".

Pero y si los ojos que miran son despectivos, con frialdad, con capacidad de herir , de hacernos llorar. Ojos que demuestran un malestar , una emoción torcida , mal ubicada no gestionada.

Esos ojos que miran pueden dañar incluso a los que mas quieren ,a los que no saben como afrontar la humillación de ser dejado, el discontinuo malestar que crean en uno mismo.

Esos ojos piden a gritos que lo mires, que lo cures, que los acerques, que les des una nueva oportunidad.

Por eso a partir de ahora fíjate en los ojos del que contigo está,del que tengas cerca o del que te salude al pasar, en la tienda, en la farmacia o incluso al ir a comprar el pan; porque esos ojos tienen una historia y ahí se refleja su total realidad.